martes, 11 de septiembre de 2012



LA DANZA MÁGICA



Aún recuerdo la primera vez que escuché su melodía por primera vez.
Aún recuerdo los brazos de aquellas mozas que, en el Ateneo Cabraliego, aún sin restaurar, ni mucho menos, danzaban en torno a un hombre que no paraba de saltar. Se me quedó grabado el son del tambor y ese especial sonido de los pandorios, y no se, yo era un niño de unos cinco años y esa canción que cantaban las mozas que tocaban el tambor y los pandorios yo ya la conocía. Me estoy refiriendo, como no, a la danza del Corri Corri.
Todo empezó una tarde-noche del mes de Junio. Se acercaba San Juan y ya la hierba se había empezado. En mi casa, mi madre preparaba la cena mientras los demás mirábamos la tele, cuando, de pronto, llaman a la puerta. Abre mi madre. Era Marcos el hijo de Manolo Bada, que venía a buscar a mi madre para tocar el tambor en un ensayo. Mi madre, que ya no pertenecía al grupo,aceptó, y para no bajar sola me agarró y me llevó con ella.
Ese fue mi primer contacto visual con el Corri Corri, ya que, como dije antes, esa melodía ya la conocía.

                                          Corri Corri en 1909

Pasaron los años, y una de las raras veces que me pude escapar fuera de los límites de Las Cortinas (mi barrio), fui a parar donde el Ateneo, donde mi amigo Carlos Puente me dijo que iba a aprender a bailar el Corri Corri, ya que Juan Manuel Pardo, Luly su mujer y María Elena Perez querían formar un grupo pequeño a parte del que ya existía de mayores.
Yo me asomé, a ver de qué iba la cosa, me preguntaron si quería aprender y si, allí me puse a dar esos saltos que años atrás había visto hacer a otro Bailín en ese mismo lugar. Y me gustó, tanto como que desde los ocho años que teníamos entonces, no paramos hasta los veinte. Yo incluso he salido alguna vez más con el grupo que siguió al nuestro en diferentes ocasiones hasta no hace mucho tiempo.

                                          Corri Corri en 1920

¿Porqué mágica?:
Para mí es mágica porque todo engancha, desde el cantar de "La Peregrina y el Pastor", que todos conocimos porque nuestras madres y abuelas nos lo cantaban a todos para dormirnos de pequeños, por la fragilidad de los movimientos de las mozas moviendo los brazos con sus ramas de laurel en las manos y acompasados con unos pequeños pasos que parece que las hace levitar, por esos pandorios acompañando al tambor, y por ese bailín que no cesa en el empeño de conquistar a tan hermosas doncellas.


                                          Inguanzo

Vaya donde vaya, el Corri Corri siempre llama la atención, siempre hay gente que se te acerca y te felicita o te comenta lo mucho que le ha gustado la danza. "Pensábamos que era una danza más, pero al empezar el baile la magia nos envolvió y disfrutamos mucho viéndola, es fantástica, de verdad", nos decía una pareja de turistas después de terminar de bailarla hace unos años en día del Certamen del Queso de Cabrales.
LLanes, Oviedo, Santander, Santiago de Compostela, Madrid, Sevilla, Lorient (Bretaña ), Bielsko Biala (Polonia) y muchísimos lugares más ya han conocido esta danza que seguirá muy dentro de todos los que la bailamos y de los que la han visto bailar alguna vez, y que seguirá guardándose en Arenas para siempre.


Con SAR. el Príncipe Felipe

Tambor y los Pandorios

                                                    Tres Generaciones del Corri Corri

















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